STP: segmentación, targeting y posicionamiento para elegir con precisión
Qué es STP (y por qué importa)
STP estructura la elección estratégica de mercados y la traducción de ese foco en una posición competitiva clara. En entornos saturados, “hablarle a todos” diluye el valor; segmentar y priorizar permite diseñar ofertas y mensajes que encajan con necesidades reales, y posicionar asegura que esa diferencia sea reconocida y recordada. STP no es un ejercicio de pizarrón: orienta recursos, define renuncias y evita tácticas dispersas.
Cómo se conectan las tres decisiones
Segmentación
Es dividir el mercado en grupos con necesidades, comportamientos o contextos similares. Los criterios pueden ser demográficos, psicográficos, conductuales o contextuales (uso, ocasión, beneficios buscados). El objetivo no es “inventar” segmentos, sino identificar patrones reales que permitan diseñar propuestas relevantes.
- Inputs típicos: investigación (ver estudio de mercado), análisis del PESTEL y de las cinco fuerzas.
- Artefactos relacionados: personas (representaciones cualitativas), sizing (TAM–SAM–SOM), y “jobs” del cliente (se enlaza con VPC).
Targeting
Es priorizar segmentos: decidir dónde jugar. Considera atractivo del segmento (tamaño, crecimiento, accesibilidad), encaje estratégico y capacidad para servirlo con ventaja.
- Estrategias clásicas: indiferenciada (rara vez recomendable), diferenciada (varias ofertas para segmentos distintos) o concentrada (foco en un nicho para maximizar relevancia).
- Conexión con el plan: elegir target redefine canales, presupuesto y objetivos SMART.
Posicionamiento
Es el lugar que querés ocupar en la mente del público elegido: “para quién somos, qué problema resolvemos y por qué somos preferibles”. Se expresa en una propuesta de valor clara y señales consistentes. Herramientas como el mapa perceptual ayudan a visualizar alternativas y trade-offs.
- Expresión: narrativa (ver storytelling), elección de evidencias (reseñas, casos) y coherencia del mix 4P/7P.
- Defensa: activos difíciles de copiar (comunidad, procesos, datos) y consistencia en el tiempo.
Qué problema resuelve STP
- Evita la irrelevancia: mensajes genéricos y ofertas “para todos” que no mueven la aguja.
- Ordena recursos: prioriza segmentos donde podés capturar valor sostenible.
- Convierte análisis en acción: lleva hallazgos del estudio de mercado a decisiones sobre oferta, precio y canales.
Conexiones con tu estrategia
- Diagnóstico primero: contexto (PESTEL) y estructura competitiva (Porter) condicionan tu espacio de juego.
- Propuesta de valor: traducí STP en un encastre claro oferta–cliente con VPC.
- Mix y ejecución: alineá 4P/7P a la posición elegida; si cambia el target, revisá el mix.
- Comunicación: ordená piezas con AIDA y objetivos con DACMAR.
- Plan y métricas: volcá decisiones STP al plan de marketing y evaluá impacto en el funnel y métricas por canal.
Buenas prácticas
- Elegí con intención: renunciar a segmentos poco rentables o desalineados también es estrategia.
- Coherencia de punta a punta: el posicionamiento debe “verse” en producto/servicio, precio, canales, procesos y evidencias.
- Evolución con datos: revisá STP cuando cambie el comportamiento del cliente o el contexto competitivo.
Errores frecuentes
- Confundir personas con segmentos: las personas ilustran; el segmento es la unidad de decisión.
- Target “todo el mundo”: termina en mensajes tibios y baja conversión.
- Diferenciación sólo estética: sin cambio real en oferta/proceso, el posicionamiento no se sostiene.
- No medir encastre: ignorar señales del embudo por segmento impide ajustar a tiempo.
Cuándo revisar STP
- Antes de entrar en una categoría o lanzar una línea relevante.
- Si cambia el contexto (ver PESTEL) o la estructura competitiva (Porter).
- Cuando señales de performance (margen, retención, CAC/CLV) se desalinean por segmento.
Referencias
- Smith, W. R. (1956). “Product Differentiation and Market Segmentation as Alternative Marketing Strategies”. Journal of Marketing.
- Yankelovich, D. (1964). “New Criteria for Market Segmentation”. Harvard Business Review.
- Ries, A. & Trout, J. (1981). Positioning: The Battle for Your Mind. McGraw-Hill.
- Kotler, P. & Keller, K. (2016). Dirección de Marketing. Pearson.
- Wind, Y. (1978). “Issues and Advances in Segmentation Research”. Journal of Marketing Research.
Un marco que ordena Segmentación, Targeting y Posicionamiento para elegir a quién servir y cómo diferenciarse con coherencia.
Las personas son representaciones cualitativas del cliente; STP define segmentos, prioriza targets y fija la posición competitiva para esos grupos.
Sí. Cambian criterios (industria, tamaño, proceso de compra, roles del comité), pero la lógica de segmentar–priorizar–posicionar es la misma.
STP define a quién y con qué foco; el Value Proposition Canvas detalla cómo encastra tu oferta con dolores y beneficios de ese segmento.
Están ligados: la propuesta de valor expresa el beneficio diferencial; el posicionamiento es el “lugar” que querés ocupar en la mente del target.
En hitos estratégicos (lanzamientos, nuevas geografías) y de forma periódica si cambian señales de mercado o resultados por segmento.
CAC/CLV por segmento, tasa de conversión por etapa del funnel, retención y preferencia (búsquedas de marca, share en el segmento elegido).
Sí, con ofertas y mensajes diferenciados. Si el presupuesto y las capacidades son limitadas, conviene priorizar con una estrategia concentrada.
Por Lisandro Iserte